Por qué colaboramos con artesanos de todo nuestro país: un viaje de redescubrimiento
En el corazón de nuestro negocio se encuentra un profundo compromiso de trabajar con artesanos de todos los rincones de nuestro país. Esta colaboración no es solo una decisión comercial: es parte de nuestro ADN, un valor profundamente arraigado en quiénes somos como familia y como marca. Pero no siempre fue así para mí.
Cuando mi padre empezó con este negocio, no apreciaba del todo el valor de su oficio. A pesar de ser músico y comprender el significado cultural del arte a través de la música clásica, no podía ver el arte en su trabajo en cuero. Mi padre, con solo una educación de sexto grado, dedicó su vida a crear hermosos artículos hechos a mano, pero yo no podía ver el valor en ello.

No podía ver el valor en ello porque, para mí, no ofrecía los ingresos iniciales que me permitieran vivir como yo imaginaba: buenas escuelas, buenos autos y seguridad financiera. Aunque mi vida no fue necesariamente una vida de pobreza, tampoco siempre fue fácil. Hubo momentos en que no pude hacer un examen en la escuela porque mi papá no había podido pagar las tasas a tiempo, y más de una vez me encontré empujando nuestro auto por las calles principales porque se había estropeado.
Lo que intento decir es que no veía un futuro lucrativo en el oficio de mi padre. Me imaginaba siguiendo una carrera más glamurosa y mejor pagada (o eso pensaba en ese momento). El arte de trabajar el cuero no parecía el camino que me llevaría al éxito, al menos no el tipo de éxito que yo buscaba entonces.
A medida que pasaron los años, comencé a comprender. No solo me di cuenta de las complejidades de la elaboración de artículos de cuero, especialmente bolsos, sino también del inmenso valor de los artesanos que están detrás de ellos. Mi perspectiva cambió radicalmente cuando tuve la oportunidad de viajar a Asia y Europa y estudiar en los Estados Unidos. En mis viajes, descubrí a otros artesanos, sus artesanías únicas y cómo su éxito se debía en gran medida a que sus compatriotas abrazaban su arte, lo apoyaban comprando localmente y lo usaban con orgullo antes de recurrir a cualquier otra marca.

También aprendí por qué países como Italia tenían tanto éxito en la fabricación de cuero. Descubrí que su éxito no solo se debía al valor que le daban a las materias primas, sino también, lo más importante, a la calidad de estas y al conocimiento de los propios artesanos, quienes comprendían que la verdadera esencia del lujo y la artesanía se encontraba en sus manos.

No sabía que todas estas experiencias me estaban preparando para asumir una vocación de segunda generación. Cuando mi padre falleció en 2014, me sumergí de lleno en el negocio que tanto le apasionaba. Su sueño siempre fue que nosotros, sus hijos, continuáramos el legado que tanto había trabajado para construir. Pero no era solo su sueño, era una visión compartida y apoyada por mi madre, que era la fuerza detrás de escena.
Mi madre creyó en la visión de mi padre mucho antes que nosotros. Nos animó a entenderla y a comprometernos con ella. Ella sabía que para romper estereotipos y crear un cambio significativo, teníamos que tener determinación y un claro sentido de propósito. Fue su inquebrantable creencia tanto en su trabajo como en los valores de la familia lo que ayudó a darle forma al negocio tal como es hoy. Juntos, su asociación se convirtió en la base del negocio, construido no solo sobre la artesanía sino sobre la idea de que el verdadero éxito requiere pasión, perseverancia y unidad.
Al asumir esta nueva responsabilidad, comencé a comprender que seguir sus pasos no era solo continuar con el negocio, sino abrazar un legado. Así que, junto con mi hermano y mi hermana, emprendimos un viaje que nos llevó por todo el país en busca de materias primas y de las conexiones que nos ayudarían a entender lo que mis padres siempre supieron: el verdadero valor de nuestros artesanos.
Viajando por el país, conocí a artistas de la cerámica, tejedores de fibras naturales y artesanos textiles, personas talentosas que creaban impresionantes obras de arte con sus manos, pero cuyo valor la sociedad en gran medida ignoraba. Se hizo evidente que, como país, estábamos cometiendo un gran error al no apreciar plenamente la riqueza cultural y el talento que poseíamos.

El talento y los recursos de Honduras son inmensos, y la artesanía de nuestros artesanos locales es algo que no solo debemos valorar, sino también promover. Esta constatación llevó a mi hermana Julia y a mí a iniciar un blog, Nuestra Comunidadcon el objetivo de compartir las historias de estos increíbles artistas y arrojar luz sobre su trabajo. A través de esta plataforma, queríamos educar e inspirar a las personas sobre la importancia de los productos hechos a mano y fomentar una comprensión más profunda de lo que significa apoyar la artesanía local.

Aunque la pandemia de COVID-19 detuvo temporalmente esta visión, seguimos firmes en nuestra creencia de que Nuestra Comunidad tiene un valor inmenso. Merece ser compartido, no solo para mostrar productos hermosos, sino para recordarnos a todos el patrimonio cultural que tenemos en Honduras. Esperamos que, a través de esta iniciativa, podamos alentar a más personas a comprar localmente, apoyar a nuestros artesanos y, en última instancia, garantizar que su artesanía siga prosperando para las generaciones venideras.
Para nosotros, la colaboración con los artesanos no es solo una estrategia comercial: es una celebración de nuestra herencia, un homenaje al legado de mi padre y un compromiso para preservar el arte que hace que nuestro país sea tan especial.
