Darío Rivera: Donde la piedra y el alma se encuentran
En esa búsqueda casi intuitiva y profundamente emocional, descubrimos las esculturas monumentales del parque central de Cantarranas, un espacio transformado en una galería a cielo abierto. Estas piezas, creadas por un colectivo de escultores
hondureños, transmitían una fuerza silenciosa y conmovedora.

Entre los artistas que dieron vida a este paisaje escultórico se encuentra Darío Rivera, cuya obra se distingue por su equilibrio, proporción y profundidad conceptual. Aunque no fue el único escultor involucrado, su sensibilidad artística, su trayectoria internacional y su firme compromiso con el arte hondureño lo convirtieron en el aliado ideal para expresar lo que esta cápsula representa: un diálogo entre herencia y visión, entre arte público y lujo silencioso.

Darío Alexander Rivera Trejooriginario de El Porvenir, Honduras, es escultor, visionario y fundador del movimiento internacional La rocaSu obra ha viajado más allá de las fronteras, de Corea a Francia, de Italia a Estados Unidos; pero su propósito ha permanecido intacto: transformar ciudades desde su esencia, utilizando los materiales que emergen del suelo hondureño para esculpir identidad, permanencia y belleza.

Cada una de sus esculturas es un manifiesto silencioso: la piedra no grita, pero habla. Habla de historia, de comunidad, de paciencia. En espacios como Ojojona, Darío ha convertido el arte en una herramienta de regeneración cultural, colaborando con gobiernos locales y artistas para sembrar, literalmente, arte en la tierra.
Y es en esa misma tierra donde nace esta colaboración. En lugar de presentar nuestros bolsos sobre superficies neutras, decidimos colocarlos sobre bases escultóricas talladas por Darío. No como accesorios. Sino como piezas en diálogo. Cuero y piedra. Forma y permanencia. Diseño y legado.

Esta cápsula, que lleva por nombre “Moldeado por el viaje” encuentra su eco en la obra de Darío: en sus bordes esculpidos, en sus volúmenes equilibrados, en su devoción por el oficio. Su lenguaje, al igual que el nuestro; es táctil, meditativo y profundamente hondureño.

Darío no es solo un artista y escultor que admiramos. Es parte de Nuestra Comunidad, y esta colaboración no es una fusión, es un reconocimiento de lo que somos, de lo que podemos llegar a ser y de lo que, cuando unimos nuestras disciplinas, podemos expresar con una sola voz.
Porque cuando arte y artesanía del cuero se encuentran, lo que se esculpe no es solo una colección: es una nueva forma de ver el Lujo. Silencioso. Íntegro. Y fiel a sus raíces.
